POR QUE NUESTRAS ORACIONES NO PASAN DEL TECHO

 Juan 11:41-42

Introducción

Hace cinco meses la mayoría de las personas creyentes,  han venido trabajando en el tema de la oración, pero también es cierto que muchos se han venido enfriando de nuevo.

Mi pastor, viene tocando un tema  respecto a las oraciones poderosas. Y quiero que te analices y  te respondas una  pregunta: 

¿Cuál es mi motivación para orar?: Sanidad de una enfermedad, que no te de Covid, recibir un trabajo, provisión para hacer mercado, por los hijos rebeldes, un esposo in converso, una casa, un carro… Orar por esto no esta mal, pero son meramente peticiones y súplicas  dentro de tu oración.

Oración viene del hebreo “tefilá” que significa: Intercesión, súplica  y del griego, “proseuchomai” que significa: Suplicar, adorar.

Y me llama la atención como en el antiguo testamento antes que Cristo se revelara sobre la tierra, este significado sólo está compuesto por súplica e intercesión,  donde las personas tenían el concepto de acercarse a Dios para pedir por ellos o por los demás,  pero en el nuevo testamento, ya una vez revelado Cristo,  el sentido cambia y ahora ya conociendo la promesa de vida eterna, ya nuestra oración pasa a un segundo plano o a una segunda dimensión donde conserva el significado de “súplica” como medio para pedir a Dios,  pero se nos revela que  orar es “adorar a Dios”.  

Y es por esto que he escogido las oraciones de Jesús conforme  algunos escenarios específicos para aprender un poco más sobre la oración y sustraje algunos modelos:

I. JESÚS ORÓ EN PÚBLICO:  

Juan 11:41-42  «Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído. 42 Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado.»

Cuantas veces te has visto en un escenario donde estás en público con personas no cristianas y has sentido un deseo enorme de orar, pero te inundó el temor, la pena  y porque no usar un término real, la vergüenza.

Si, los cristianos, la mayoría por no decir todos,  pasamos por esto en algún momento de la conversión, en los primeros pasos no nos sentimos con la confianza suficiente de hacerlo, por un enfermo, por un accidentado, por alguien que requiere restauración y pueden venir muchos pensamientos. Cuando no es pena o vergüenza, nos invade un sentimiento de que si oro por un milagro Dios no me respalda y podré exponerme a la vergüenza.

Iglesia,  Hay que ser osados,  atrevidos y valientes.

Es que si oro, ¿qué van a decir?, ¿qué van a  pensar?, ¿qué pensaría mi jefe?, quizás me despide del trabajo, no me renueva el contrato.

No tengas temor de orar en público, sabe que muchos cristianos se sostienen en sus puestos por que sus jefes les han escuchado orar, han escuchado de nuestro Dios, y han visto que somos íntegros, responsables y honestos y sus empresas son bendecidas a causa e nuestras oraciones y de nuestro servicio. Y aunque digan ser ateos,  o se aferren a su religión tradicional, aguardan ese momento de conocer a nuestro Dios, al Dios verdadero.

Jesús hizo en público esta oración, para que Lázaro resucitará,  porque es parte de su naturaleza, Él es la vida, la fuente de vida eterna.  Ahora, yo no le estoy diciendo que vaya a orar por las personas que fallecieron y  que Dios los va a revivir a menos que Dios se lo pida.  Jesús oró porque conocía al Padre, era uno con el padre y tenían un plan, y algo que enseñarnos hasta nuestros días.

Y hago un paréntesis, porque sabemos que la muerte es proceso natural, es la vía o el peaje para llegar al cielo,  y ¿Quiénes somos nosotros para impedir que alguien siga su camino? De cierta forma lloramos nuestros muertos y está bien llorarlos, porque nos harán falta, porque los amamos, porque dejan un vacío; pero de ahí a pedirle  a Dios que reverse el camino; tiene que ser porque en realidad Él nos lo pida y se daría solo para que su nombre sea glorificado, cierro el paréntesis.

Atrévete a orar en público en la empresa, con los compañeros de trabajo, en tu vecindad,  y Dios traerá recompensa en público.   Eso sí,  mira que no estés en deuda con  tu testimonio, ponte a cuentas por Dios  y con el prójimo.

II. JESÚS DESNUDO SU CORAZÓN

Juan 12:27-28 “Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora.28 Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he  glorificado, y lo glorificaré otra vez.

Jesús se hizo hombre, y vivió como hombre,  sin  dejar de ser Dios. Pero aun así, no utilizo poderes sobre naturales para librarse de los efectos del sufrimiento y de la muerte conociendo que se acercaba su tiempo.

No por ser Dios, no sufrió,  al venir como hombre,  vivió como hombre para enseñarnos a vivir y vencer como hombres.  Y es por esto que nos dejó ver que en sus emociones había angustia y sufrimiento y en medio de su oración se lo dijo al Padre, y como dijo el apóstol Pablo viene a mi mente el texto  que dice: Diga el débil: Fuerte soy.

Pareciera que algunas veces nos olvidamos de que Dios todo lo sabe y todo lo conoce,  y nos presentamos ante Él, como si no nos conociera, y cuando nos pregunta ¿Cómo estás?, le contestamos bien de labios para afuera,  pero por dentro destrozados.

El Padre conocía el corazón del Hijo, pero aun así, el Hijo desnudo su corazón ante Él y todos quienes le observaban. El Padre,  en púbico le respaldo, trajo una respuesta, delante de la multitud.

Atrévete a vaciar tu corazón, saca todo lo que tienes,  si hay dolor, angustia o desesperación.  Cuando esto sucede, quien está a tu alrededor,  te cubrirá, orará por ti, sostendrá tus manos  y aún, te dará una mano para que seas levantado

III. LAS ORACIONES DE JESÚS FUERON CONFORME A LA VOLUNTAD DEL PADRE

Juan 11:41-42 «Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído.  42 Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado.»

Note que en este instante,  Jesús aún no le ha dado la orden a Lázaro de levantarse de su lecho.  Entonces ¿por qué le da gracias al Padre por haberle oído?  O ¿Qué fue lo que escuchó el Padre de Jesús?

Jesús conocía la voluntad del Padre, y en su paso por la tierra en cada milagro, el propósito era glorificar al Padre para salvación de la humanidad; por esto, no haría nada en nombre propio,  camino en los negocios del Padre, hizo la voluntad del Padre.

Igualmente en  Juan 12:27-28 “Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora.28 Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he  glorificado, y lo glorificaré otra vez.

Aquí la respuesta no fue: Tranquilo, no te afanes, ya no habrá sacrificio; la respuesta fue: “Y lo he glorificado, y de nuevo lo glorificaré”.  Estaba dentro de su voluntad.

El secreto está en ser uno con el Padre para entender Su voluntad. 

Si oramos en la voluntad del Padre, el resultado de nuestras oraciones independiente de que no sea el mejor, no traerá frustración, sino paz.  Este tipo de oración hecha con entendimiento,  forma nuestro carácter y glorifica a  Dios mismo, puesto que el fruto no puede ser lo que queremos sino lo que el Padre espera

La mayoría, si no todos los asuntos del Padre, directa o indirectamente,  tienen que ver con la salvación del hombre.

Sabe  que  hay otros dos escenarios  durante el tiempo que Jesús estuvo sobre la tierra, el Padre le respondió desde el cielo con voz audible:

  1. Cuando fue bautizado en el Jordán:  Marcos 1:11  «y vino una voz de los cielos, que decía: Tú eres mi Hijo amado, en ti me he complacido».
  2. Cuando anunció su muerte, víspera de la pascua en el texto que leíamos: Juan 12:28 «Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Y le he glorificado, y de nuevo le glorificaré.»

Estos dos escenarios tienen algo en común,  el propósito de salvación de la humanidad.

El cielo no se pudo quedar en silencio, no pudo callar, al ver una oración sincera en público o un corazón al desnudo.  El cielo no podrá callar  cuando alguien se levanta en la voluntad del Padre a clamar conforme su voluntad y más cuando clames por alguien para salvación eterna.

CONCLUSIÓN

Muchas de nuestras oraciones no pasan del techo porque nos da pena o vergüenza, porque oramos con tapujos sin desnudar el corazón o porque no son acordes a la voluntad del Padre.

Muchas personas están esperando conocer a Cristo,  no más oraciones vanagloriosas o egoístas, con propósitos individualistas.  Se uno con el Padre y descubre su voluntad.  El cielo te responderá y tendrás paz en tu corazón para decir :  «No se haga mi voluntad, sino la Tuya»

© Alejandra corda. Todos los derechos reservados.


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