Introducción
Si estuviese frente a Ud, le daría un saludo de bienvenida y le desearía un buen día. Si, un “buen día”, no tenga temor de pronunciar esta frase. Seamos portadores de buenas noticias. En el primer día de quietud de esta aislamiento preventivo a nivel mundial, me propuse ser muy sensible a los que les rodea.
Escuche el canto de las aves, desde el amanecer hasta las 10 u 11 de la mañana. Escuche como un padre jugaba con su bebe, como una familia compartían todos con risas y carcajadas y también escuche mis vecinos que oraban y clamaban a Dios por sanidad para esta tierra.
Tuve que salir de casa como lo permite la ley, de a uno, porque un pollo que compre la semana pasada me salió dañado. Decidí caminar y me encontré con la soledad de las calles y el silencio del viento y aun en medio de eso, tuve la confianza de que Dios está con migo, y una vez más me convenzo de que Él tiene el control.
Y es por esto que me convenzo una vez más de que como iglesia no vamos a parar, no vamos a dejar de predicar el evangelio. Vamos a ser persistentes para que cada persona que nos escucha y que alcancemos por los medios, tenga una voz de aliento y una voz de esperanza.
En este día quiero compartirles un texto de la palabra que se encuentra en el libro de Lucas Capítulo 22. A través de este capítulo vemos como desde que Jesús se encontraba celebrando la pascual, ya le buscaban para matarle, lo dice el verso uno.
Sin embargo, conociéndolo previamente, celebra la pascua, su última cena; les enseña que lo más importante es el servicio y es ahí cuando terminada la reunión, dice el vers. 39. “39 Y saliendo, se fue, como solía, al monte de los Olivos; y sus discípulos también le siguieron. 40 Cuando llegó a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación. 41 Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró, 42 diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. 43 Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle. 44 Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.”
Nos deja ver el texto la íntima comunión de Jesús con el Padre, dice que fue al monte “como solía hacerlo”. Algunos a la semana pasada a duras penas oraban o rezaban una plegaria, pero sé que de una semana para acá su fe ha crecido y se sienten quizás más seguros y más cerca de Dios cuando lo hacen.
Jesús se encuentra en este escenario en medio de una crisis, ¿Cómo Jesús en Crisis? No Jesús en medio de la crisis. Y quiero hablarte hoy de cómo enfrentar esa crisis con el mejor ejemplo, el ejemplo de Jesús. En primer lugar:
1. LA CRISIS SE VE VENIR:
Jesús tenia total conocimiento previo de lo por vivir, del sufrimiento de su cuerpo, del maltrato del dolor, del desgaste físico que lo llevaría a la muerte.
Desde la primera semana de enero y en adelante, todo el mundo vio lo que venía, muchos entendidos en los tiempos se aislaron de inmediato, Vó un pequeño pueblo italiano, tan pronto tuvo el primer contagio comenzó su cuarentena, identifico seiscontagios por contacto y en adelante no hay ningún infectado.
A diferencia de nosotros, reaccionamos algo tarde. Pero toco este tema de crisis, porque ahora además de esta pandemia, vamos a enfrentar otro tipo de crisis más internas que sí nos van a rodear en la inmediatez. El estar en este aislamiento preventivo hizo que muchos no pudieran tomar medidas, unos por descuido, pero otros por falta de recursos.
En estos 19 días para Colombia, nos enfrentaremos a crisis de escasez de alimentos, de intolerancia, desesperación, ansiedad, irritabilidad, peleas, depresión y muchos más al interior de nuestros hogares. Y de puertas para afuera conoceremos de noticias de robos, vandalismo, hasta muertes en la desesperación de llevar quizás un plato de comida a un hogar.
Y mi tarea hoy es advertirte que vienen otras crisis. Pero tal como Jesús lo hizo, de ti depende que la crisis te rodee o que te afecte.
Y cuál es el modelo de Jesús, cómo reaccionó? «40 Cuando llegó a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación. 41 Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró.»
Iglesia, entra en oración, no te descuides, busca a Dios, habla con Él, no caigas en el error de que mañana oro, hazlo hoy. La oración tiene el poder de conectarte con el Padre, y cuando oras, el Espíritu Santo te da el amor, la paz, el gozo, la mansedumbre, la bondad, la benignidad y uno de los más importantes, el dominio propio, que es lo necesita el ser humano para no hacer daño a los demás.
2. LA CRISIS DESPIERTA MIEDO.
El miedo es una emoción caracterizada por una intensa sensación desagradable provocada por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado.(Wikipedia). Y es que el miedo se desborda en los seres humanos cuando las cosas se nos salen de control.
Es como una reacción de cadena: Pérdida del control, viene el miedo, y luego una respuesta. Y como respondió Jesús en medio de la crisis?: Jesús expresó al padre sus sentimientos: «y puesto de rodillas oró, 42 diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.»
Creo que quizás esta es una de las mejores estrategias que puedes tener para enfrentar cualquier situación de miedo. Expresarlo, háblalo con tu esposa, esposo, ten prudencia con los hijos, recuerda que ellos están bajo tu protección para que tú les fortalezcas. Pero ¿qué hacer cuando ya lo hemos expresado, quizás los que están a tu lado están en las misma condiciones?
Algo básico, busca ayuda, llama a un pastor, a un consejero, no te dejes ganar de la ansiedad y de la desesperación. Pero quizás lo más importante y que debes hacer desde el comienzo, ¡Díselo al Padre¡. Jesús se lo dijo al padre. Y Algo muy importante, cuando hables con el padre, no quieras que el Padre obre conforme tu voluntad, sino la suya. Recuerda, Él es quien finalmente tiene el control. Él te dará ánimo y paz, esa paz que sobre pasa todo entendimiento.
3. LA CRISIS SE VENCE CON FE
Es natural sentir miedo para protegernos, pero lo que debe suceder es que no nos podemos dejar invadir de un miedo neurótico como lo llamaría Sigmund Freud, porque nuestro cerebro opera de una forma muy interesante, no distingue entre realidad e imaginación. Y la reacción que causa será conforme lo que gestemos en nuestros pensamientos.
Jesús sabia y tenía plena confianza de a quien le estaba entregando sus temores y sus emociones. Nada más y nada menos que al Padre eterno. Él es quien tiene el control de todas la cosa. Jesús dijo en una ocasión a sus discípulos: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?.
No puedes caer en la mentira del diablo del pánico, se portador de buenas noticias, de esperanza de paz, no compartas nada que no edifique. Por el contrario, levántate cada día a orar, y ora como lo hacían David y Daniel, tres veces al día, y en todo tiempo, que tu día sea una oración las 24 horas, aun cuando duermas, “en paz me acostaré y así mismo dormiré porque solo Tú me haces vivir confiado” Salmo 4:8. Llama a alguien que este sólo, ora con él.
No sabemos si esto es castigo de Dios, si fue descuido de los hombres, si es ataque de Satanás, lo que sí es claro, es que escrito esta. Hay un libro que tiene los registros de todo lo ha venido sucediendo y se llama Apocalipsis, Mateo 24 lo registra y lo antecede. Pero lo que quiero despertar en Ud con esto, no es miedo, sino paz. Y como paz?.
El miedo se logra controlar cuan do le das a conocer al cerebro el final de la historia. Sea que este por darse, o que esté escrita o sea una promesa dada. Y es la Biblia, el Apocalipsis quien te puede dar a conocer el final de la Historia. Es una realidad que el mundo tiene que pasar por guerras, muertes, plagas… pero también es real que hay una esperanza con Cristo en la eternidad.
No podemos asegurar que el fin de mundo es mañana o en un mes, en uno o diez años, pero lo que si es cierto, es que escrito está, se está acercando. Y habrá un rapto, donde todo aquel que haya confesado que Cristo es el Señor y se haya arrepentido de sus pecados, Él le recogerá ese día y le llevará frente al Padre, porque todo pecado, le fue borrado a causa de su sangre.
La mente de Jesús conocía el final de la historia, final de victoria y de resurrección. Se basó en las promesas que desde Génesis 3:15 estaban escritas. Confió en el Padre y la respuesta del Padre fue enviarle un ángel: “Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle.”
Yo hoy declaro que el ángel del Señor viene para traer a tu vida, a tu casa y a tu familia Fortaleza del cielo. Aquí el texto usa la palabra griega “enisjúo” que traduce vigor, prevalecer.
CONCLUSIÓN
El texto termina diciendo: «44 Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.”
No necesariamente por que Jesús oró se cambiaron los planes del Padre. No necesariamente por que ores, mañana desaparece el virus y la vida va a seguir como si nada. Son 19 días guardados en esta medida preventiva. Dios nos guarde de caer enfermos y aún más de la mente perversa de los seres humanos que hacen terrorismo con virus y armas químicas.
Vienen tiempos difíciles crisis que nos van a rodear pero mi mirada y la suya estarán puestas en el Padre Celestial, en Jehová Rapha nuestro sanador, Jehová Jireé, nuestro proveedor, nuestro escudo y nuestra fortaleza; creyendo fielmente hasta el último momento que en Él hay esperanza.
Salmo 91:4 “El que habita al abrigo del Altísimo, Morará bajo la sombra del Omnipotente. 2 Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré. 3 El te librará del lazo del cazador, De la peste destructora. 4 Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad. 5 No temerás el terror nocturno, Ni saeta que vuele de día, 6 Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad que en medio del día destruya. 7 Caerán a tu lado mil, Y diez mil a tu diestra; Mas a ti no llegará. 8 Ciertamente con tus ojos mirarás Y verás la recompensa de los impíos. 9 Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, Al Altísimo por tu habitación, 10 No te sobrevendrá mal, Ni plaga tocará tu morada. 11 Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos. “
© Alejandra Maria Borda Leon. Todos los derechos reservados.